Trabajo en un centro de recogida de llamadas para personas que solicitan un taxi. Hace poco, recibí la siguiente llamada:
Yo: “Hola ¿cómo puedo ayudarle?”.
Cliente: “Dios mío. ¡Necesito un taxi ahora mismo!”.
Yo: “Muy bien, tranquilo, intentaremos conseguir un taxi lo más rápidamente que podamos. ¿En qué dirección debemos recogerle?”.
Cliente: “Avenida Smith, 124 (es un ejemplo)”.
Yo: “Lo siento, esa dirección no aparece en nuestro sistema. ¿En la Avenida Smith existe alguna numeración? ¿Norte, sur, este, oeste?”
Cliente: “Creo que es Avenida Smith, 124. O quizá podría ser Avenida de San Juan”.
Yo: “Bien. Si no está seguro de la dirección, ¿hay alguien por ahí a quien pueda preguntar, por favor?”.
Cliente: “Esta es mi casa”.
Yo: “¿No sabe su propia dirección? ¿Recibe correo en su casa? ¿Podrías mirar la dirección?”.
Cliente: “Un momento. Ah! ¡Es Avenida Norte Smith, 124!”.
Yo: “Muy bien. Esta dirección la ha reconocido el sistema. Trataremos conseguir un taxi lo más pronto posible”.
Cliente: “Perdone. ¿Qué hora es?”.
Yo: “Son, aproximadamente, las 9:15 horas”.
Cliente: “¡Dios bendito! ¿Las 9:15 de la mañana?”.
Yo: “No, no. Son las 9:15 de la tarde”.
Cliente: “Ah, ¡que bien! No he perdido mi cita. Necesito un taxi por la mañana. Llamaré entonces. Gracias. Adiós”.
… Y directamente, sin decir nada más, colgó el teléfono.
Cartilla de taxi
Curso online para quien desea trabajar como conductor de taxi en Madrid